Identidad Digital
La identificación de las personas es un componente clave de la provisión de servicios digitales. En septiembre de 2015 se aprobaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la "Agenda para el Desarrollo Sostenible" 2030 de la ONU, siendo el objetivo 16: "Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas", y que se amplía más adelante con el enunciado: "De aquí a 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos”.
Al respecto la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU- International Telecommunication Union) ha publicado recientemente un informe del Grupo especializado en Servicios Financieros Digitales (DFS-Digital Financial Services) bajo el nombre “Identidad y Autenticación”, donde se abordan interesantes temas de identidad digital y se plantea que, a la luz de la evolución en todo el mundo hacia transacciones electrónicas / digitales, queda claro que el mejor método para lograr el objetivo señalado por la ONU es a través de la creación y uso de identidades digitales.
¿Qué debemos entender por “identidad digital”?
En primer lugar, partimos de la idea que los registros tradicionales de identidad de ciudadanos son una necesidad y permiten ejercer derechos y oportunidades, como salud, educación, protección, alimentación, servicios financieros y programas sociales.
La identidad digital utiliza información existente en medios digitales sobre una persona para establecer una correspondencia de identidad.
En el informe de la ITU, se define el siguiente esquema para el registro de identidad digital:
Al respecto la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU- International Telecommunication Union) ha publicado recientemente un informe del Grupo especializado en Servicios Financieros Digitales (DFS-Digital Financial Services) bajo el nombre “Identidad y Autenticación”, donde se abordan interesantes temas de identidad digital y se plantea que, a la luz de la evolución en todo el mundo hacia transacciones electrónicas / digitales, queda claro que el mejor método para lograr el objetivo señalado por la ONU es a través de la creación y uso de identidades digitales.
¿Qué debemos entender por “identidad digital”?
En primer lugar, partimos de la idea que los registros tradicionales de identidad de ciudadanos son una necesidad y permiten ejercer derechos y oportunidades, como salud, educación, protección, alimentación, servicios financieros y programas sociales.
La identidad digital utiliza información existente en medios digitales sobre una persona para establecer una correspondencia de identidad.
En el informe de la ITU, se define el siguiente esquema para el registro de identidad digital:
- Identificación: Proceso de identificación de una persona incluyendo el establecimiento formal de la veracidad de dicha identidad.
- Autenticación: Proceso de validación de un atributo que la persona presenta, que está asociado con una identidad previamente establecida durante la identificación
- Autorización: Determinación de las acciones que se pueden realizar o los servicios que pueden ser provistos en base a la identidad autenticada y presentada.
Asimismo, se definen las siguientes clases de identidad digital:
- Fundamental: identidad digital central, generalmente parte de un esquema de identidad nacional, basado en el examen de documentos de nacimiento, certificados de matrimonio, etc. Permite una amplia variedad de servicios gubernamentales.
- Funcional: identidad digital que se crea para abordar las necesidades específicas de un sector individual, como por ejemplo impuestos, salud.
- Transaccional: identidad digital cuyo objetivo es facilitar transacciones financieras o de otro tipo (p.ej. tokens). El informe de la ITU también distingue dos tipos de identidad digital: estática y dinámica. Se le llama identidad estática a la que sigue técnicas tradicionales relacionadas con una tarjeta física, como por ejemplo una tarjeta con chip (SmartCard), o un "token". La dificultad es que son objeto físicos, que necesita tener (y guardar) y requiere un dispositivo de lectura para poder usarlo, el cual no siempre está disponible.
La idea es sencilla: al inicio, la información es rellenada por la propia persona, por lo que el nivel de confianza en dicha identidad digital es relativamente bajo; sin embargo, la fiabilidad aumenta a medida que se agrega información de otras fuentes. Por ejemplo, Facebook al principio sólo utiliza la información que usted ha facilitado, pero según va agregando amigos, publicando en su perfil o añadiendo otros datos (un número de teléfono, por ejemplo) su identidad se vuelve mucho más confiable y segura.
¿Y aquí como vamos?
En Perú el proceso tradicional de identificación está normado y encargado a RENIEC y, al igual que en otros países, el proceso de registro de ciudadanos está en constante ampliación y evolución, incorporando hoy biometría y certificados digitales. De hecho, RENIEC emite desde 2013 los DNI electrónicos, que permiten acreditar la identidad del titular, permitiendo la firma digital de documentos electrónicos y el ejercicio del voto electrónico no presencial.
Si bien los registros de ciudadanos son necesarios, no son suficientes para garantizar el acceso a servicios, motivando que coexistan servicios de identidad complementarios: en Perú tenemos por ejemplo la Clave Sol de SUNAT, los registros biométricos de nuestra voz cuando realizamos contratos por voz con bancos o empresas de telefonía, nuestras huellas digitales que se registran en bancos y otras empresas, etc.
¿Cuál es la solución?
Ojalá tuviéramos una varita mágica para identificar cuál es el camino para lograr que todos tengamos identidad digital segura y económica, pero mientras tanto podemos ver los esfuerzos de otros países que ya están recorriendo ese camino:
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Estonia, como siempre, dando la hora en temas digitales, presenta su e-identity. Por cierto, Estonia también ofrece la residencia electrónica a los emprendedores que deseen invertir en negocios digitales.
- Singapur con su SingPass
Finalmente, es pertinente decir que hay dos discusiones relevantes en este momento: en Estados Unidos se debate sobre la necesidad de un mecanismo nacional de identificación (National ID) y en la India están implementando un sistema de identificación biométrico que ya registró a más de mil millones de ciudadanos.