Los problemas públicos de la revolución digital
En 1987, el economista Robert Solow sorprendió a la comunidad académica al declarar que "puedes ver la era de la computadora en todas partes excepto en las estadísticas de productividad". Esta observación dio origen a lo que se conoce como la paradoja de la productividad, un fenómeno que evidencia la aparente contradicción entre las significativas inversiones en tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el estancamiento, o incluso la disminución, del crecimiento de la productividad en varios países.
Algunos consideran que esta paradoja refleja, en realidad, las dificultades inherentes para medir el impacto de las TIC, ya que su carácter transformador modifica profundamente las condiciones iniciales, haciendo imposible una comparación ceteris paribus entre períodos.
Las TIC no solo optimizan procesos existentes, sino que también generan bienes y servicios intangibles, externalidades positivas y cambios estructurales que las métricas tradicionales, como el PIB, no capturan con precisión. Además, muchos de los beneficios percibidos, como la mejora en la eficiencia, el acceso a la información y la calidad de vida, quedan fuera del análisis económico convencional.
Por ello, más que intentar resolver esta paradoja desde las métricas tradicionales, es necesario replantear los enfoques para evaluar el impacto de las TIC, pasando de una visión limitada de "productividad medida" a una valoración integral de sus efectos socioeconómicos. Investigadores como Raúl Katz y Martin Hilbert han aportado análisis relevantes en este campo, especialmente en el contexto de América Latina.
Katz tiene múltiples contribuciones al tema, destacando el análisis de cómo la expansión de Internet de banda ancha puede mejorar la productividad y la inclusión social, especialmente en la educación, la salud y la administración pública.
Martin Hilbert propone un marco conceptual para entender cómo las TIC pueden impulsar el desarrollo en América Latina y el Caribe. Este marco, conocido como el "cubo de Hilbert", se basa en la interrelación entre tecnología, políticas y cambios sociales, y se fundamenta en la teoría de innovación de Schumpeter.
Hoy existe un consenso generalizado sobre que el impacto de las TIC representa una revolución tecnológica que ha reconfigurado las economías y redibujado la sociedad en su conjunto. Una forma de entender esta transformación es a través de la teoría de los ciclos largos de Kondratiev, que sostiene que las economías experimentan ciclos de aproximadamente 50 años, impulsados por revoluciones tecnológicas significativas.
Según Carlota Pérez, cada revolución tecnológica genera un nuevo "paradigma tecnoeconómico" que guía el desarrollo económico y social durante un período prolongado y es el resultado de un proceso social complejo que integra innovaciones técnicas y cambios culturales.
Los cambios originados por las revoluciones tecnológicas tienen tanto aspectos positivos como negativos. ¿Cuáles son los problemas públicos originados por la revolución digital?